#VozMA _ Mónica Álvarez de Oro

18.11.2022

Arquitecta titulada en 1990 de la Universidad de Chile, Magíster en Eficiencia energética de la Universidad Mayor Socia fundadora de la oficina chilena MAO Arquitectos en 2004 donde desarrollan sus labores en varios ámbitos de la profesión tales como Proyectos Inmobiliarios, Proyectos Institucionales, Proyectos Deportivos, Comerciales y de Infraestructura Aeroportuaria. Directora de la Asociación de oficinas de Arquitectura de Chile (AOA), en 2020 se convierte en la primera mujer en ser presidenta de dicha asociación.


PASADO:

¿Quiénes fueron tus referentes durante la universidad y tus primeros años?

Como referentes en mis primeros años de universidad fueron sin duda, los grandes exponentes del Modernismo en el mundo y dentro de ellos, me marcaron mucho dos pertenecientes a la segunda generación del modernismo, Alvar Aalto y Louis Kahn. Admiro hasta hoy, de ambos, el manejo de la luz, de los volúmenes y el vacío, del trabajo en la expresión de los materiales.

Sin embargo, aún antes de esto, cuando todavía estaba en el colegio, disfrutaba ir al edificio Santa Lucía de Sergio Larraín García-Moreno o a almorzar al Cap Ducal de Roberto Dávila. Me asombraban estos bellos volúmenes, perfectamente compuestos, atemporales y probablemente estas obras fueron detonantes en mi decisión de estudiar arquitectura, siendo sus arquitectos mis referentes de esos años, sin siquiera conocerlos.


¿Tuviste algún docente que marcó tu trayectoria desde la universidad hasta ahora?

Tuve muchos profesores en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, que me marcaron no sólo como arquitecto, si no también como persona.

Isabel Tuca fue mi profesora de Taller y de Composición en primer año, ella era una tremenda arquitecta, con un enfoque muy cuidado en el diseño y es en primer año donde los alumnos son más receptivos al aprendizaje, más moldeables por sus profesoras. Sin duda, ella marcó su sello en mi trabajo profesional, lo cual me llena de orgullo.

Alberto Sartori, mi profesor de taller de cuarto año, no sólo hacía unas clases de taller increíbles, aprendías de él también, que la arquitectura había que hacerla con amor, con pasión, con fuerza, que había que vivirla todos los días y todo el día. Ponía tanto cariño y entusiasmo en lo que hacía, que, aunque te fuera mal en una corrección, te ibas feliz para la casa a trabajar.

De Luis Goldsack, a parte de ser su alumna en el ramo de Construcción, fui su ayudante un par de años y de él entendí que los liderazgos no se ejercen con fuerza, si no con empatía, con comprensión y confianza.

Ellos son sólo tres ejemplos de grandes profesores a los que les tengo un cariño y agradecimiento infinitos.


PRESENTE:

¿Cómo defines tu quehacer arquitectónico?

Nuestra profesión es una profesión de servicio, y este servicio debe estar centrado siempre en las personas. Es en el usuario final en quien pensamos a la hora de proyectar, de sus necesidades reales, de su confort, de sus costumbres y cómo podemos abordar y resolver de la mejor forma estos problemas. Pienso que no hay mejor reconocimiento que un edificio o un espacio usado por personas felices de estar en él, sintiéndose identificadas por él. Me emociona.


¿Cómo crees que ha cambiado la presencia de la mujer en la arquitectura?

Las mujeres nos hemos ido abriendo caminos lentamente pero sin retorno y, en arquitectura, aunque nuestros colegas no hacían diferencias (al menos así lo he sentido siempre), el ambiente de la construcción era un entorno de hombres, bastante cerrado y hostil a las mujeres, hoy en cambio, esto ha evolucionado mucho. Hay más presencia de mujeres en todas las disciplinas profesionales, técnicas y de oficio, lo que ayuda y complementa nuestro trabajo.

Por otro lado, hay muchas arquitectas reconocidas en nuestro país, se publican sus obras, se premian, ocupan cargos directivos. Todo esto ayuda a pavimentar el camino avanzado, aunque todavía falte camino por andar.


¿Quiénes serían tus referentes mujeres hoy?

En Chile sin duda, Antonia Lehmann. A parte de tener obras destacadísimas, de tener una trayectoria arquitectónica impecable y ser premio nacional, por cierto, ha estado detrás de la creación del PNDU, siempre pendiente de influir positivamente en las políticas públicas urbanas de nuestro país, es capaz de empujar temas relacionados a nuestra profesión, de convocar, de liderar. Es tremenda mujer arquitecta.



FUTURO:

¿Cuáles son tus próximos desafíos?

La panorámica actual es compleja, existen una serie de incertidumbres que hacen nuestro quehacer inestable. El desafío entonces, es mantener nuestra oficina con una cantidad de trabajo que asegure a las personas que trabajan con nosotros. Es un desafío muy concreto, muy real y poco académico tal vez, pero cuando hay necesidades tan básicas de asegurar el trabajo, es esto en lo que tenemos que enfocarnos.


¿Cómo crees que impacte la integración femenina en la disciplina?

Pienso que, en lugar de impacto, la integración femenina a la arquitectura es un aterrizaje suave, donde complementamos y llenamos vacíos que han existido en nuestra profesión. Vacíos que han sido invisibles y que hemos ido evidenciando y trabajando


¿Qué define a un arquitecto(a)?

Me gusta mucho la definición de arquitectura de Bernard Tschumi, que indica "La arquitectura no es tanto el conocimiento de la forma, sino una forma de conocimiento". Los arquitectos nos movemos en ese mundo del conocimiento multisectorial, holístico, de observación infinita. Podemos llegar a una super especialización sin perder la visión total y global del problema y, es por eso, que logramos entender, comprender y poder centrarnos, en las necesidades de las personas y su hábitat, entendido este en sus diversas escalas y funciones. Somos capaces de entender, analizar y ponderar todas las variables que se involucran en un proyecto dando una respuesta, que a diferencia de las matemáticas, puede no ser única pero si igual de correcta que otras. Siempre tenemos presente la sumatoria de las partes, primero, como un global, como un sistema antes que las mismas partes que lo componen, eso es lo que nos diferencia de otras profesiones, el entendimiento del todo.